Limitaciones de la homeopatía


  

Existen situaciones que exceden el alcance de la homeopatía en donde otras discipilinas médicas y de la salud tiene su indicación.
Por ejemplo las  fracturas o heridas, ameritan (por sentido común) una solución mecánica traumatológica o  reparación quirúrgica.
Intoxicaciones o envenenamientos agudos requieren tratamientos depurativos urgentes, antidotando químicamente dosis masivas de substancias o contrarrestando inmunológicamente antígenos rápidamente agresivos. Aquí como en otras tantas situaciones, se reconoce con justicia la necesidad y utilidad de la alopatía para resolver este tipo de situaciones de aguda gravedad.
Deficits hormonales severos como por ejemplo la diabetes insulino dependiente necesitan  de terapias hormonales sustitutivas, si bien la homeopatía puede disminuir el requerimiento de dosis o hasta eventualmente en ciertos casos curar al paciente.
Por tal motivo, cada situación particular plantea un desafío propio para el paciente y el médico homeópata en donde si bien es necesario mantener un actitud pronóstica cauta, no debe cerrarse la puerta a una eventual curación.
Cada evolución irá pautando posibilidades estratégicas dinámicas en cuanto a los requerimientos de medicación alopática en pacientes crónicos severamente afectados (física y/o mentalmente), disminuyendo las  dosis u eventualmente  retirándola en aquellos casos en que  gracias al simillimum fue posible modificar  de fondo el desorden vital.

Hay que reconocer, por otra parte, que no todos son éxitos para la homeopatía.
Si bien un gran número de  situaciones pueden resolverse relativamente bien con buenos similares, otras sólo pueden hacerlo con el simillimum. Y dar con él no resulta una trabajo fácil, (la mayoría de las veces). La homeopatía es un emprendimiento de largo aliento.
Pero la fuerza de la evidencia de aquellos pacientes curados, sostiene el espíritu de esta tarea. Algunos no lograrán quizás la curación total, pero mejoran notoriamente, y se sigue   buscando. Otros, los que reciben  el simillimum, despiertan con sus cambios muchas veces  el asombro y nos refuerzan, a pesar de las dificultades, la convicción de que se está en el camino correcto.