¿ “Evoluciones o involuciones” ?



Del mismo modo como el tratamiento homeopático en su evolución con el simillimum hace reaparecer transitoriamente las manifestaciones somáticas suprimidas pero que no habían sido verdaderamente curadas, así también cabe esperar que eventualmente suceda con  aspectos mentales que habían estado “suprimidos”, pero no genuinamente curados.
Miedos, ansiedades, sufrimientos que estuvieron largamente guardados, “suprimidos” pero no verdaderamente curados, pueden comenzar transitoriamente a manifestarse.
¿Y esto es malo ?. Todo lo contrario. Es parte del  proceso exonerativo que la fuerza vital movilizada está  exteriorizando para expulsar y librarse definitivamente de estas profundas manifestaciones del desequilibrio vital alojados en la mente.
Este sufrimiento que sale a “luz, a la piel”, habla de un proceso curativo que el medicamento ha puesto en marcha y que si logró hacerlo aflorar a la superficie es porque también será  capaz de curarlo verdaderamente.
La evolución del  tratamiento homeopático  implica muchas veces la necesidad de “tolerar”  la  transitoria   reaparición de esta “psora”, de este prurito mental, de ciertas  ansiedades y temores que antaño fueron “reprimidos” (o suprimidos), a través de diversos mecanismos compensatorios o defensas, en general patológicas, pero que mantenían en el fondo el conflicto  sin una solución sana para la persona. 
Mecanismos distorsionados  que han dejado detrás de distintas “máscaras”,  desdibujada y suprimida, la identidad de esa persona.
 A la hora en que un tratamiento exonerativo  trae  nuevamente el núcleo del sufrimiento del paciente a la superficie, no debe ser “ otra vez mas ” suprimido ciegamente sino comprendido en este particular contexto, que permitirá posiblemente liberarlo definitiva y genuinamente.
Esto no quiere decir que la homeopatía vaya a suplantar la terapéutica psicológica cuando ésta sea necesaria. Todo lo contrario.
Ambas  colaborarán  a destrabar al paciente sin recurrir a la creación de nuevas defensas patológicas.
Junto con esta “liberación” también irá apareciendo  el “verdadero ser” desatado de sus lazos patológicos físicos y mentales, abierto ahora al disfrute creativo de la vida y al desarrollo de toda su potencialidad como ser humano.
El tratamiento homeopático va encontrando, muchas veces, manifestaciones de esta “psora”, antes quizás latente o inadvertida y que se hace presente o mas ostensible por algún accidente o circunstancia de la vida, mostrando una nueva faceta de ese desequilibrio vital que nos acompaña  y nos hace “imperfectos humanos”, pero a la vez corregibles,  mejorables o  curables.
La diferencia entre curar y suprimir  es muchas veces la base de una evolución hacia verdadera curación de la persona o hacia la enfermedad crónica y severa.